Mientras huyen, Francisca y su familia caen en un campo minado. Los escándalos de Alejandro amenazan su papel en la telenovela, y José Miguel podría reemplazarlo. Francisca y los desplazados son ayudados por el capitán Ballesteros, quien les ofrece empezar de cero. Manrique es nombrado director de un programa de sustitución de cultivos. Francisca adopta una nueva identidad.